Tu empresa lo ha logrado: ¡están certificados bajo un estándar ISO! Hay sentimiento de victoria y alegría por el logro alcanzado. Una vez pasa la celebración y las felicitaciones… ¿Qué es lo que sigue? ¿Cómo es la vida después de una certificación? En este artículo te contamos todo al respecto.
Ha llegado el gran día, el día por el que todos nos hemos esforzado en la organización. Ya hemos pasado por un levantamiento de procesos, asegurándonos que cumplimos con todos los requisitos del estándar, hemos pasado por auditorías internas, no conformidades encontradas y solucionadas… pero finalmente ha llegado el gran día de pasar por la auditoría de certificación.
Tras el estrés y los nervios de la auditoría de certificación, finalmente nos dan la gran noticia: hemos cumplido con todos los requisitos y finalmente podemos llamarnos una empresa certificada ISO.
¿Te has encontrado en esta situación en tu empresa?
Si es así, sabrás que una certificación no es final de un trabajo realizado; en realidad es el inicio de una nueva forma de trabajar en la cual nos guiamos con información documentada para realizar las actividades del trabajo.
Una certificación es un cambio en la cultura organizacional, en la cual dejamos de trabajar por la experiencia y comenzamos a trabajar de una manera más ordenada y cumpliendo los requisitos de los Clientes o partes interesadas con el propósito de alcanzar su satisfacción.
Ya nos hemos certificado, ¿Qué es lo siguiente?
Ya tenemos nuestro certificado enmarcado en la pared, el que vemos constantemente con mucho orgullo. Seguramente cuando lo observamos, recordamos todo lo que hemos pasado para obtenerlo, todas las auditorías pasadas y los esfuerzos realizados.
Así como cuando concluimos una carrera universitaria, obtenemos el título con mucho orgullo y nos dedicamos a trabajar en lo que nos hemos especializado. Así también es una certificación: comenzar a trabajar y a hacer vida todo el esfuerzo que hemos realizado.
De nada serviría esforzarse estudiando muchos años una carrera de medicina si al final nos dedicamos a una cosa distinta o no podemos ejercer como médico. De la misma manera de nada sirve todo el esfuerzo que realizamos para obtener una certificación si al final seguimos trabajando de la misma manera como lo hacíamos antes.
Existen muchas empresas que se han certificado únicamente por obtener el nombre de una empresa certificada y que al final siguen trabajando de la misma manera desordenada y sin seguir lo que han documentado, una vez al año se recuerdan que son una empresa certificada sólo cuando llega el auditor para verificar el Sistema de Gestión, pero después siguen trabajando como venían haciéndolo antes.
Una certificación tiene muchísimos beneficios tanto dentro como fuera de la organización, debemos recordar siempre los beneficios que trae e intentar “sacarle el jugo” a nuestra certificación para que podamos ver los frutos de nuestro esfuerzo. Recordemos algunos de los beneficios que tiene el estar certificado bajo un estándar ISO:
- Mejora la imagen de la empresa.
- Mejora la competitividad de la organización a nivel internacional.
- Ayuda a obtener nuevos negocios.
- Optimiza los procesos internos.
- Aumenta el compromiso del personal.
- Establece la base para la mejora continua.
¿Cómo puedo mejorar continuamente mi Sistema de Gestión?
Una vez certificados, es fundamental que se establezca en la organización una cultura enfocada a la mejora continua. Siempre es posible hacer mejor las cosas y debemos adecuar nuestros procesos para garantizar que se cumplen los requisitos de los Clientes y Partes Interesadas.
Es importante reconocer que la mejora continua busca la excelencia en una empresa, mas no el perfeccionismo. En PROCEM tenemos un dicho que dice “lo perfecto es enemigo de lo bueno”, y ese es el enfoque que debemos de tener en nuestra organización: dejar de ser perfeccionistas y convertirnos en agentes de la mejora continua.
Para lograr la mejora podemos ocupar el ciclo de la mejora continua o ciclo PHVA (Planear-Hacer-Verificar-Actuar), que consiste en:
- Planificar las actividades que se van a realizar.
- Hacer o realizar lo que se ha planificado.
- Verificar los resultados obtenidos.
- Tomar acciones para realizar los ajustes o correcciones necesarios.
Entonces, ¿Cuál es el día a día después de la certificación?
Al certificarnos debemos de seguir trabajando tomando como base la información documentada creada, es importante mantener la información actualizada y adecuarla para garantizar que seguiremos cumpliendo los requisitos del estándar en el que nos hemos certificado.
Anualmente, el ente certificador llegará a la organización para llevar a cabo auditorías de seguimiento a la certificación, y cada 3 años habrá una auditoría de re certificación. Pero estas no son las únicas auditorías que se realizan, es importante darle cumplimiento al programa y plan de auditorías internas para identificar posibles no conformidades y corregirlas.
Adicionalmente, también se debe mantener una cultura de rendición de cuentas en la organización, una de las grandes ventajas de la certificación es poder ordenar nuestro día a día en el trabajo. Al rendir cuentas o retroalimentar a la alta dirección sobre el estado de los procesos, riesgos, auditorías, objetivos y no conformidades logramos que el Sistema de Gestión alcance los resultados esperados y nos permite mejorar continuamente nuestras actividades.
Lo más importante que debemos recordar es que una certificación no es el final, una certificación es un nuevo comenzar para una organización; en la cual se busca trabajar más ordenadamente, teniendo una cultura hacia la satisfacción de los Clientes y Partes Interesadas, y, sobre todo; que busca mejorar continuamente.