Mitos sobre la certificación ISO.
A lo largo de nuestra historia como consultores, hemos escuchado muchos «mitos» sobre la certificación ISO. Existen también ciertas creencias acerca de un estándar internacional que terminan «espantando» a las empresas que tienen interés en adoptarlo. Es por eso, que decidimos escribir este artículo; para aclararte ciertas dudas y hablar sobre algunos «paradigmas» que existen con respecto a nuestros amigos: «los estándares».
Así que sin más que decir, aquí te presentamos los 5 mitos sobre la certificación ISO más comunes:
1.»Certificarse es caro»
Falso. Decidimos escoger este como el #1, porque es una afirmación que escuchamos frecuentemente. Por lo anterior, queremos aclarar: Certificar tu negocio no es caro. Es una inversión que haces para la mejora continua y la sostenibilidad de tu negocio. Representa una inversión adicional, SÍ, pero no es caro. Los entes certificadores tienen una tabla para asignar su precio en base al tamaño de tu organización y cuántos empleados la conforman. Adicional a eso, tienes que tener un acompañamiento (una consultoría) que te indique el camino a seguir, a fin de lograr tu meta.
Si lo vemos desde el punto de vista estratégico, la inversión que hagas la verás retornada en lo siguiente:
- Evitarás reprocesos y los costos que lo involucran.
- Alcanzarás la satisfacción de tus clientes.
- Controlarás a tus proveedores.
- Auditarás regularmente los procesos más críticos y tendrás acciones en concretas para mejorarlos.
- Ordenarás tu negocio.
2.»Certificarse es solo para empresas grandes»
Falso. Este mito sobre la certificación es otro de los más comunes. Los estándares internacionales son diseñados para acoplarlos a todo tipo de negocio. ¿No nos crees? Está bien, te lo comprobamos con un enunciado de la ISO 9001:2015:
«Todos los requisitos de esta Norma Internacional son genéricos y se pretende que sean aplicables a todas las organizaciones, sin importar su tipo o tamaño, o los productos y servicios suministrados».
Los estándares internacionales no hacen «discriminación» a ninguna empresa por su tamaño. Sino más bien, las invitan a que adopten un estándar internacional que facilite su crecimiento y satisfacción de sus clientes. En nuestra experiencia como consultores, hemos trabajado con empresas desde 10 hasta 1000 empleados y el proceso es igual. Lo único que varía es el tiempo de implementación del estándar.
3.»Certificarse implica demasiados cambios»
Verdadero.
Una certificación conlleva consigo muchos cambios en la gestión. Para empezar ves tu negocio desde el punto de vista horizontal, como «procesos» en lugar de vertical, como «jerarquía». También, empiezas a planear tus actividades, en lugar de solo ejecutarlas. Te auditan tus procesos. Empiezas a ver que tu proceso tiene varios riesgos y que de no mitigarlos pueden tener muchos impactos al negocio.
Certificarse si implica demasiados cambios, pero con una adecuada planificación, se puede lograr.
4.»Certificarme significa que todo en mi negocio perfecto»
Falso. Nosotros en PROCEM Consultores tenemos un dicho: «Lo excelente es enemigo de lo bueno». Certificarse no es sinónimo de perfección, sino es decir: estoy trabajando para garantizar la perfección. Consideramos aclarar este punto, ya que es importante que sepas que los cambios los empezarás a ver de inmediato y progresivamente. Pero siempre tendrás algunas quejas, riesgos no mitigados, no conformidades en tus auditorias, etc. Ahora tu ventaja es la de contar con herramientas que te ayudarán a ir caminando hacia la mejora continua y por ende, hacia la búsqueda de tu excelencia.
5.»Certificarse no es necesario para ordenar mi negocio»
Verdadero.
No es necesario certificarse bajo un estándar internacional para ordenar tu empresa, puedes emplear buenas prácticas y caminar hacia la mejora. Tu negocio puede prosperar y ordenarse si tu decides modificar su gestión y basarte en los modelos que emplean los estándares universales.
Si este es tu caso, trata en lo posible de planear y que la implementación del cambio sea progresiva. Sobretodo te recomendamos que capacites a tu personal y lo involucres en tu nuevo planteamiento. Un empleado capacitado y que se siente parte de tu negocio, tratará mejor a tus clientes. Al igual que para empezar a hacer ejercicio, solo es que tomes la decisión y ¡empieces!
Si quieres más información cómo iniciar tu proceso de certificación, contáctanos. ¡Será un gusto atenderte!